29.9.11

Zola Jesus - "Conatus"


Conatus es el nombre de la nueva entrega de la Ruso-Americana Rosa Nika Danilova, cuyo nombre artístico es Zola Jesus. De entrada es un álbum con una producción de mayor calidad sonora que sus anteriores producciones, las cuales tenían esa atmosfera lo-fi que de alguna manera servía a las melodías creadas por la mente de esta artista. La voz imperante conserva su distintivo sello operístico, aunque en esta ocasión nos remite más a Siouxsie Sioux que a una moderada Diamanda Galás, como en sus anteriores trabajos en los que el sentimiento parecía desbocarse por encima de la estructura. Conatus es un disco mucho mejor administrado en cuestión de elementos usados por Zola Jesus para crear su arte, sin embargo marca el inicio de una sofisticación que no le habíamos visto antes, la inclusión de verdaderos instrumentos de cuerdas y beats que van más a lo industrial que a lo dark wave, sin duda son lo más novedoso que nos ofrece este material. Si les ha gustado Stridulum II, que compone el hito más representativo de la música de la srita. Danilova, encontraran en Conatus la completa satisfacción a la sensación de que algo estaba faltando. Realmente espero que este álbum reciba la atención que merece esta joven artista y no se vea eclipsado por el lanzamiento del nuevo título de Bjork.

A lo largo de temas como “Vessel”, “Hikikomori”, “In your nature” y “Shivers” solo por mencionar algunos, Zola Jesus nos lleva por un viaje oscuro, intenso, lleno de emociones, desbordante de energía, y aun cuando los beats mas bailables resuenan por encima de los fantasmales coros a los que nos tiene acostumbrados, se puede sentir una sensación de una nostálgica alegría, una alegría triste y al mismo tiempo disfrutable. Puede que haya quien diga que este álbum es más de lo mismo, y tendrían razón, pero nadie puede negar que más de la misma pasión cruda y hermosa construcción de melodías es un triunfo cuando está mucho mejor realizado.

28.9.11

Peaking Lights - "936"

Por: Alejandroide

Una de las ventajas al reseñar un disco es que tengo la libertad de inventar géneros y corrientes que se me vienen en mente, y nadie me dirá nada (tal vez me tachen de pretencioso, pero es un riesgo que deberé de tomar).

Esta vez haré la reseña de un disco que es de lo mejorcito que he escuchado en el año. Se llama 936 y es obra de Peaking Lights, dúo estadounidense conformado por Aaron Coyes e Indra Dunis que, en su página de Facebook, se describen como Dub-pop-psych. Es aquí donde entra la diversión. He escuchado este disco ya varias veces y el sonido podría describirlo como Dubwave

La música de Peaking Lights, no es Dub, no es Electrónica, no es Psychedelic, no es Pop y, mucho menos, es Chillwave o Glo-fi, es una fina mezcla de todo lo anterior. Tenemos lo “trippy” de la música sicodélica; tenemos los ecos, reverberaciones y el bajeo repetitivo del Dub, más esa atmósfera Lo-fi tan característica del Chillwave. Mucho uso de los procesadores y sintetizadores, pero con un toque orgánico. Estamos hablando de una especie de Neo-psychedelic-dub (otra vez inventando términos).

Peaking Lights nos lleva de la mano al mundo onírico con mantras que se repiten ad-infinitum. No encontraremos más letras. El chiste es dejarnos ir en este viaje lisérgico de casi 50 minutos; derretirnos, cerrar los ojos y entregarnos a la sicodelia.

En fin, basta de tratar de describir lo indescriptible, mejor los invito a abrir sus oídos y su mente.

Aquí, mi favorita del disco, Amazing and Wonderful:


26.9.11

Mastodon - "The Hunter"

Por: The Horror

Hay bandas que trascienden por lo que saben hacer mejor y eso es tener el conocimiento para edificar álbumes de magnífico sonido, que por si solos, traspasan las fronteras que ellos mismos habían delimitado en pasadas producciones. Mastodon no es la excepción, y con The Hunter, trazan una brecha evolutiva hacia una nueva colección de composiciones cohesivas que transforman la esencia del metal.

Con sus coros monstruosos, potentes percusiones y sus guitarras tan limpias como desvencijadas, el cuarteto estadounidense ha logrado grabar un disco que destaca por cada aspecto que lo constituye. El trabajo de guitarra de Brent Hinds es sorprendente, sus riffs son espesos y luminosos y se complementan con el dinamismo de Bill Kelliher. Mientras tanto el bajo de Troy Sanders cruje en el fondo para dotar de una suavidad inconmensurable a todo el álbum. La batería es refinada, el trabajo de Brann Dailor se muestra mas elegante y pulcro. Todos en conjunto hacen de esta placa algo familiar e inesperado en donde encontramos sutiles líneas de jazz, arpegios de rock progresivo y una maquetación liderada por la maravillosa producción de Mike Elizondo.

El álbum abre con “Black Tongue”, tema que nos deja ver la punta del iceberg de lo que este álbum intenta. El galope es potente y constante, los ritmos se mezclan y surge de la nada “Blasteroid”; que entre cadencias de sludge-metal, se reinventa para mutar en algo totalmente nuevo. “Creature Lives” baja el rigor del trote para entregarnos un sonido cuasi-progresivo que refresca los oídos mientras que en “The Hunter” la banda nos deja boquiabiertos con su impecable técnica.

The Hunter es un disco que integra todas las ideas de la banda en un solo lugar, es como si hubieran tomado su libro de instrucciones para grabar un disco y lo hubieran quemado buscando esa reinvención que, sin duda alguna, consiguen en esta producción.


22.9.11

*Shels - "Plains of the purple buffalo"


Tras cuatro años en los que la expectativa crecía, debido a las excelentes críticas recibidas por su álbum debut “Sea Of The Dying Dhow”, finalmente llega el segundo larga duración de esta agrupación Británico-Americana. La banda comandada por el vocalista y guitarrista Mehdi Safa y el baterista Tom Harriman (ambos graduados de la banda con base en Inglaterra “Mahumodo”), tras establecerse en California han consolidado un sonido característico dentro de los lineamientos del post-rock y post-metal contemporáneo. Aun cuando músicos invitados en estudio o en tour van y vienen, estos dos personajes que conforman el núcleo de *Shels dejan saber a quien los escucha que ellos dirigen la orquesta. Con un minimalismo que los distingue y el contraste que generan al crear atmósferas con una intensidad devastadora, estos maestros del Crescendo lo han puesto todo en juego en este material que sería la consolidación o en otro caso, un disco más en la saturada escena. Y es que parte del retraso se debe no solo a que *Shels sabía que estaba en juego mucho más que solo crear un gran álbum, sino también a que la falla en el disco duro que contenía el trabajo de estudio de 2 años causara la pérdida del mismo.

El título del álbum nos remite al filme clásico de 1984 “La historia sin fin” y desde su apertura con “Journey to the planes” se advierte como un viaje épico. Paisajes minimalistas adornados poco a poco con ritmos acústicos, exquisitos arpegios y voces fantasmales hacen de la primera mitad de este material una montaña rusa desde el principio. “Vision Quest” es en mi opinión uno de los tracks más inquietantes por su cuidadosamente refinada construcción. Si bien la producción no es impecable, tampoco es necesaria, *Shels ha creado una verdadera obra maestra todo en base a su personalidad intimista, a la manera magistral en que colocan todo exactamente donde debe ir, y a la gran cantidad de recursos de los que echan mano para llevar al escucha justo donde quiere ir. En lo personal yo solo esperaba el mismo sonido de su anterior álbum, solo un poco más maduro, y con toda objetividad que me sea posible debo decir que aunque han sido 4 años de espera, pudieran haber sido 6 o 10, si la recompensa por ser pacientes ha sido esta, el tiempo no importa.


20.9.11

Los Sonidos Implacables de Bill Laswell



Debo admitir que gracias a Internet y a eso de “las nuevas tecnologías”, he podido conocer música que de alguna otra manera hubiera sido prácticamente imposible que llegara a mis manos. Y la verdad no me da pena admitir que soy todo un adicto al download (aclaro que sólo en música). Y en una de esas tantas pesquisas y, gracias a la ayuda del siempre fiel y ahora un poco obsoleto Soulseek, pude bajar música de Laswell.

Debido a que no me puedo extender lo que yo quisiera en este texto (ya que tenemos un límite) empezaré. Mi primer encuentro con Laswell fue gracias a esa joya llamada Dreams of Freedom: Ambient Translations of Bob Marley In Dub que, como dice el nombre, son reinterpretaciones de éxitos de Bob Marley en Ambient-dub. Un disco bastante recomendable para relajarte. Después, llegaron a mis manos City of Light, Permutation, Broken Vessels, Aftermathematics, Shy Angels, etc. Realmente ni había empezado a rascar la superficie.

La discografía de Bill Laswell es demasiado extensa; tanto, que realmente dudo que haya alguien en el mundo que tenga todas sus producciones. Como productor, bajista y multinstrumentalista, se le puede asociar con los siguientes artistas: Mercury Rev, Matisyahu, Brian Eno, George Clinton, Jah Wobble, The Orb, Buckethead, William S. Borroughs, Praxis, Mad Professor, Herbie Hancock, Pete Namlook, Iggy Pop, MC5, Serj Tankian, Spectre, Sting, Funkadelic, John Zorn, Nils Petter Molvaer, Muslimgauze, Fred Firth, Painkiller, Mick Jagger, Yoko Ono, John Lydon, Steve Vai, Dj Krush y Tunde Adebimpe entre muchos, muchos. Ambient, Dub, Avant-garde, Jazz, Metal, Drum & Bass, World Music, Funk, Experimental y Free Electronica son sólo algunos de las vertientes por las cuales este “inquieto de la música” ha navegado.

Hablar de todas sus colaboraciones o bandas en las que ha estado sería una ardua tarea que realmente me llevaría muchas y muchas páginas. Sin embargo, les recomendaré el proyecto que hizo que me animara a escribir de él: The Blood of Heroes, proyecto de Raggacore, Drum & Bass e Industrial que vio la luz el año pasado y que cuenta con la participación nada más y nada menos que de Justin Broadrick (Jesu, Godflesh), Dr. Israel, Submerged y Enduser.



14.9.11

Crosses (†††) - EP


Por: The Horror

Vertientes de colores y sonidos que tabulan dentro de una esencia sonora tan conocida como desconocida. Pléyades que se pintan con brisa color diamante y la lejanía que acentúa un sonido tan orgánico como sintético. Ese es el testimonio perfecto con el que Crosses, proyecto alterno de Chino Moreno (Deftones) y Shaun Lopez (Far), despega sin alejarse de la esencia medular por la que esta conformada. Al escucharlo uno esperaría guitarras distorsionadas y una angustia que pintaría todo el álbum de un potente color; a cambio, recibimos toda una paleta de colores mas lenitiva que hacen de esta producción un delicioso viaje a través de percusiones eléctricas y sintetizadores que se complementan con rítmicos loops.

El cambio más dramático es la variación de lo instrumental hacia el espectro electrónico sin dejar de ser propositivo, ya que tanto Shaun Lopez como Chino Moreno, lograron resaltar este aspecto de el EP. Reminiscencias de Trip-Hop y un downtempo de esos que se saborean llegan a través de “†his Is A †rick” y el disco despunta al llegar a “Bermuda Locke†” que desdobla una cadencia rítmica que claramente es sensual. Mas adelante, “†hholyghs†” nos regala vibraciones mas potentes pero sin trasjibersar la esencia principal de esta producción.

Si bien Chino ya ha tenido trabajos mas calmos y relajados (Team Sleep), la calidad de esta placa y la increíble ambientación que se logra en ella nos lleva a conocer otra faceta musical de las dos mentes detrás de este proyecto, entregando un sonido que en definitiva, es dinámico para cualquiera.


13.9.11

The Kooks - "Junk Of The Heart"



Desde el lanzamiento de su debut Inside in Inside Out (2006) la expectativa por esta banda originaria de Brighton, ha crecido, esperando ver sus siguientes materiales, con Konk (2008), nos hizo ver que la banda seguiría la linea de canciones pop rock, con coros pegajosos, una formula simple pero efectiva, para lograr ventas, su tercer placa pintaba para ser mucho mejor, ya que habían confesado inspirarse en LCD Sound system, la realidad es otra.


En Junk of the Heart, las cosas no cambian mucho, aunque ahora tiene la peculiaridad, de cambiar el ritmo de sus cortes anteriores, un disco plano que se va como el agua. Con pocos tracks que te atrapan en verdad, Luke Pritchard aprovechando esa armonía vocal que lo caracteriza, en baladas, que en cierto punto parecieran no tener cuerpo, simples y pegajosas.


Si hay algo que resaltar son la experimentación en cuanto a sonido, dejaron de lado esa guitarra rápida que evocaba a Razorlight o Arctic Monkeys, sin perder su esencia de ritmos “reggae”, logrando un sonido más pop, Tracks como ‘Petulia’ o ‘Time Above the Earth’ te hacen desconocer por completo a la banda.


En resumen, un disco, que pasa sin pena ni gloria, pero puede servir para amenizar una comida familiar.